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Gustavo Adolfo Ruiz, un Maestro ejemplar (página 2)



Partes: 1, 2, 3

En efecto, bajo sus auspicios y recomendaciones, el
gobierno trae a expertos latinoamericanos, entre estos a la
histórica "Misión Chilena", cuya influencia se hace
evidente en los cambios que propicia: se establecen las escuelas
experimentales, rurales y urbanas; creación de los liceos
e instalación de las escuelas graduadas en el país;
la reorganización de institutos, museos y bibliotecas;
inauguración de los Museos de Ciencias y de Bellas Artes
en Caracas; la creación e inauguración del
Instituto Pedagógico Nacional, como institución de
formación pedagógica a nivel superior, hecho
éste para impulsar por sí solo la educación
nacional; se promueven y promulgan nuevos programas de estudios;
se establecen políticas de mejoramiento del personal
docente no titulado mediante Centros de Colaboración
Pedagógica, cursillos y recursos diversos; se creó
una oficina de Educación Física en el Ministerio de
Educación Nacional, destinada al fomento de esta
área; se impulsó la construcción de locales
escolares como sitios destinados exclusivamente para uso docente
y adaptados a las nuevas realidades pedagógicas, etc.
[39]

El profesor Gustavo Adolfo Ruiz nos habló de sus
recuerdos al respecto:

En la Misión Pedagógica Chilena vino gente
muy preparada y conocedora de todo, desde la Primaria hasta la
Universidad; por ejemplo, Gregorio González, quien luego
fue rector de la Universidad de Chile. Vinieron pintores,
aquí estuvo Armando Lira, pintor, quien dirigió la
Escuela de Artes Plásticas; aquí estuvo uno que
transformó los estudios de Física en el
Pedagógico e incluso en la Universidad: Humberto Parodi.
Mientras tanto la Universidad estaba adormecida, aunque los
estudiantes universitarios jugaran un importante papel.
[40]

El profesor Humberto Parodi que recordó nuestro
biografiado, había egresado del pedagógico de Chile
y fue miembro de la primera misión chilena llegada al
país. Se quedó en Venezuela ejerciendo la
cátedra de Física en el Instituto Pedagógico
de Caracas por varios años. Fue director de este en dos
oportunidades. [41]Al referirse a la aparente
inercia de la universidad que él había notado, el
profesor G.A. Ruiz, se explicó con estas
palabras:

La Universidad como institución siempre es dura
para las novedades; aunque ahora, por supuesto, es más
permeable; pero todavía en esa época era muy dura.
Naturalmente, sí hubo individuos que la impulsaron y la
universidad finalmente tuvo que sacudirse; pero todavía
tenía mucho de lo tradicional ¡parece que la
universidad siempre se apega a esa tradición para dar un
paso! Como demostración de esto, hay una verdad
histórica incontrovertible, notable: En
Latinoamérica, la transformación de la Universidad
parte de 1918 con el "movimiento de Córdoba", donde se
plantean como requisitos, la autonomía universitaria, los
derechos de los estudiantes, la calidad académica de los
profesores, etcétera. Ahora bien, yo tengo por allí
un documento muy importante donde se señala que para el
año 1936, un año después de la muerte de
Gómez y bajo el gobierno de López Contreras, la
Federación de Estudiantes plantea todavía el mismo
plan contemplado en el Programa de Córdoba, lo que quiere
decir que esa fecha todavía estaba vigente y servía
de modelo. Todavía ocurre que sigue teniendo vigencia y
han pasado setenta años. Por ejemplo, la autonomía
universitaria se viene a lograr en 1958. ¡Del 36 al 58!
[42]

Los cinco años del gobierno de López
Contreras, sumido, como se ha dicho, en algunas contradicciones,
sirvieron como período de transición hacia una
Venezuela moderna, tanto desde el punto de vista político
como económico, cultural, científico. Se advierte
el ingreso al país de las ideas hasta entonces imperantes
en las distintas áreas del conocimiento. En la
educación, la renovación se pone de manifiesto en
varios logros; pero fundamentalmente en la organización
gremial de los docentes y la auto-preparación de
éstos. En este sentido merece especial mención la
labor desempeñada por la Federación Venezolana de
Maestros y otras agrupaciones gremiales ligadas a la ciencia y la
cultura.

Dos son los objetivos que se propone la
Federación Venezolana de Maestros: En primer lugar, la
renovación pedagógica, dirigida a actualizar la
escuela venezolana con los principios pedagógicos
más modernos, lo cual permitió la puesta en
práctica de la metodología de la Escuela Nueva; y
en segundo lugar, una campaña vindicativa de la
situación económica que vivía entonces el
magisterio nacional. La primera convención nacional del
magisterio, celebrada en Caracas en 1936, marcó el inicio
de una lucha encaminada al logro de ambos objetivos.

La Convención ha demostrado en su cruzada la
realidad educacional venezolana, con su ochenta y uno por ciento
de analfabetas, con sus escuelas sin luz y sin asientos, con sus
maestros mal pagados, con sus niños enfermos y
depauperados por la miseria, para despertar el interés
colectivo, para llamar la atención de todos y para
estimular la franca colaboración de los hombres patriotas
y honrados en la resolución de nuestro atraso, pues
éste (sic) no es obra que pueda realizar el
Estado solo, ya que éste no es lo suficientemente rico
para emprender esta tarea, no obstante que pudiesen estar sus
dirigentes animados de las mejores intenciones. Esto no quiere
decir que en un futuro no muy lejano, el año que viene tal
vez, el Estado haya de dedicar para el fomento de la
educación el veinticinco por ciento, cuando menos, del
presupuesto nacional de gastos, desbordando la escuela por los
campos, por los poblados, creando así la Venezuela que
soñamos los maestros, en una escuela rica en elementos
para niños pobres, la escuela de donde salgan los hombres
capacitados para la explotación de nuestras riquezas, la
escuela que mejorará la raza y que defenderá al
niño de los múltiples enemigos que, agazapados
tienden a destruirlo o inutilizarlo para toda actuación
social.[43]

Estas palabras muestran tanto el grado de atraso de
nuestra escuela al término del período gomecista,
como el espíritu que animaba a los fundadores de la
Federación Venezolana de Maestros de entonces, y a los
docentes en general. La Federación fue factor primordial
en el desarrollo de una política educativa diferente,
traducida en la Ley de Educación de 1940; y al mismo
tiempo puso al alcance de sus afiliados los últimos
adelantos pedagógicos por medio de talleres, cursos,
publicaciones y distribución de literatura
pedagógica que, traducida al castellano, circulaba dese
hacía algunos años en otros países
latinoamericanos.

Gustavo Adolfo Ruíz aprovechó al
máximo aquella coyuntura histórica, no sólo
para formarse, sino también para hacerse protagonista en
las luchas gremiales. Al respecto, nos dijo:

Hay dos educadores criollos tan importantes como los que
vinieron en la misión chilena. Ellos son: Luís
Padrino y Luís Beltrán Prieto Figueroa. Yo estuve
cerca de ambos. Con Prieto estuve en la FVM, incluso cuando
él era Presidente de la Federación en el Consejo
Directivo Nacional, yo era Secretario del Consejo Ejecutivo
Nacional. También estuve en la sección Caracas.
Ahora bien, Prieto fue un maestro traducido en político
para luchar por el maestro y la educación en
función política; mientras que Padrino se
quedó en lo técnico y lo teórico del
magisterio, aunque fue compañero de luchas con Prieto en
esa misma época. Murió relativamente joven y tal
vez por esta circunstancia nos hemos perdido de lo que pudo ser
la gran producción teórica del magisterio nacional.
Porque Padrino era del tipo de personas que anima a saber, a
estudiar, a leer. Influyó en mí mucho, porque fui
su alumno en la Escuela Primaria, maestro siendo él
Director y Supervisor estando él como Director de
Educación Primaria [del Ministerio]. Por esto tuve mucho
contacto con él, por la vía del magisterio y de la
agrupación gremial; siempre me tocó ligarme con lo
mejor de cada época: la gente pensadora, más
trabajadora. El año 1936, Padrino es enviado a
México. Allá se preparó en Educación
Rural, de manera que fue el iniciador de ésta apenas
regresó al país; también fue un impulsor de
la Escuela Activa como teoría general. Por cierto que de
allá regresó no sólo con libros sobre
educación rural para losa maestros, sino con textos para
los niños. Padrino fue de la gente que hizo bastante por
la educación nacional, pero que escribió muy poco.
En su caso, su vida fue relativamente corta y no tuvo tiempo para
producir, como sí lo ha hecho Prieto.
[44]

Gustavo Adolfo Ruíz muestra un rasgo muy
particular de su carácter cuando al recordar esos
años efectúa un balance histórico objetivo y
no exento de profundo sentido de los valores humanos. No
sólo es justo al referirse al Maestro Luís Padrino,
sino que hace lo propio con el Maestro Luís Beltrán
Prieto Figueroa, personaje importante no solamente en estos
días (1989), sino en aquellos épicos inicios de la
FVM y del movimiento revolucionario que ocurrió
entonces:

Padrino y prieto estuvieron juntos desde el año
1932 en la lucha gremial, cuando fundaron la Federación de
Maestros de Instrucción Primaria, la cual en 1936 se
transformó en Federación Venezolana de Maestros.
Prieto ha tenido tiempo para muchas cosas, para escribir y
concretar el gran personaje que es; porque últimamente ha
logrado escribir versos y lo ha llevado a la Academia Nacional de
la Lengua. Prieto es múltiple, y claro, tiene la gran aula
que es muy merecida: la atención de todos porque es un
gran ciudadano, es un hombre íntegro, disciplinado.
Él sigue compartiendo su pensamiento progresista con el
país, ya no simplemente una posición
política determinada, sino lo que es bueno y justo para el
país, y siempre manteniendo criterios educativos. Prieto
tiene más de ochenta años y no sólo mantiene
plena su lucidez, sino su actualización en cada
intervención pública, está al día en
lo que escribe y todo lo que escribe es sensato, orientador.
Afortunadamente, tirios y troyanos le han reconocido su valor;
aún siendo este un país destructor, que acaba con
la gente. [45]

En 1936, Luis Beltrán Prieto Figueroa
presentó al Senado de la República un proyecto de
Ley Orgánica de Educación Nacional que no fue
cristalizado; así mismo, en 1939, fue presentado otro
proyecto de Ley por el doctor Enrique Tejera, Ministro de
Educación para la fecha. Ninguno de esos dos proyectos fue
aprobado. La agitación política de aquellos
años y la carencia de definiciones progresistas en el seno
del Gobierno, pueden ser consideradas como causas de las
discusiones apasionadas de estos proyectos, finalmente
rechazados.

Una vez estabilizado el clima político, el
año 1940 es aprobado el proyecto de Ley de
Educación Nacional, presentado ante el Parlamento por el
Ministro del Despacho, doctor Arturo Uslar Pietri. Para este
momento, se tiene claramente definida una filosofía
educativa, y se busca formar mediante la educación a
hombres de recia disciplina moral y social,

[…] hombres de capacidad técnica para el
trabajo y la producción, contra el empirismo, la
improvisación y el escaso rendimiento; […] hombres
con un claro sentido de sus deberes para con la patria […]
capaces de sacar adelante la empresa de crear un gran país
[…] Venezuela.[46]

Mientras ocurren estas cosas, Gustavo Adolfo Ruíz
ha pasado de la Escuela Federal "Carlos Borges" a una escuela
que, según dijo, "tuvo muchos nombres", se le llamó
"José Ignacio Cardozo", "5 de julio", "República de
Paraguay"… Esta escuela no era del grupo de los
establecimientos denominados con nombres de repúblicas
latinoamericanas por decisión del Congreso Internacional
de Educación de la época, llevada a cabo por el Dr.
Rafael Vegas como Ministro del ramo. Se le llamó con el
último nombre antes de que se aprobara dicho programa. En
ella actuó como director Luis Padrino y trabajó
como docente Gustavo Adolfo Ruíz.

Padrino fue sustituido por un maestro de apellido
Torrealba. El año 1936 recibe Gustavo Adolfo Ruíz
su primer ascenso. Había estado intentando sin resultados
que lo nombraran director de la Escuela "Pedro Manuel Ruiz",
así denominada en honor a su padre. Asegura que fue uno de
los dos ascensos que buscó y que no obtuvo. En cambio,
sobre su primer ascenso nos relató lo
siguiente:

El maestro Torrealba se había graduado en la
Normal, por supuesto, unos años antes que yo. Un
día leí que Torrealba había sido nombrado
supervisor, creo que en el estado Sucre. Ese día ´El
llegó a la escuela más tarde, como a las nueve y
media de la mañana; y yo le dije: "Caramba, bachiller
Torrealba, lo felicito; vi en el periódico que va usted de
supervisor para el estado Sucre" Entonces, él me
respondió: "Muchas gracias, y yo lo felicito a usted,
porque usted es el que se queda aquí por mí. Yo lo
propuse y lo aceptaron". Ese fue mi primer ascenso. No lo
busqué, sencillamente me lo
dieron.[47]

Las condiciones de las escuelas han cambiado mucho con
la promulgación de la nueva Ley de Educación del
año 1940, cuya aspiración fundamental era "
levantar progresivamente el nivel espiritual y material de la
nación venezolana, adiestrar a los venezolanos para el
desarrollo de su capacidad de producción intelectual y
técnica y fortalecer los sentimientos de
cooperación y solidaridad nacional"[48]
Esta orientación de la educación es la base de la
divulgación de la escuela rural: la primaria rural forma
alumnos para la vida del campo, a los cuales se le dan nociones
de veterinaria, pequeñas industrias derivadas de la
agricultura y la ganadería; además de materias que
son comunes con la primaria urbana, como lenguaje,
matemática, geografía e historia de Venezuela,
educación moral y cívica, ciencias de la
naturaleza, higiene y educación física,
educación manual y estética. En las urbanas, las
materias que sustituyen las rurales son música y canto,
trabajos manuales y dibujo.

Aparecen escuelas en el campo, se crea la Escuela Normal
Rural de El Mácaro, estado Aragua y el Servicio de
Educación Rural del Ministerio de Educación. La
Educación secundaria es dividida en dos ciclos: uno de la
cultura general y otro con la mira puesta en las
especializaciones universitarias en ciencias físicas y
matemáticas, ciencias biológicas o filosofía
y letras.

La Escuela Normal debe ser cursada en cuatro años
y es clasificada en Urbana y Rural, con pensa distintos
según el medio. Funcionaban las normales oficiales en
Caracas, Cumaná y San Cristóbal, que eran
federales; y las del Zulia y Yaracuy, que dependían de los
estados. Abundan las normales privadas; y la Federación
venezolana de Maestros y el Despacho mismo de Educación.
Propician cursos y talleres de perfeccionamiento docente.
Recordando la labor de la FVM en este aspecto, Gustavo Adolfo
Ruíz, a la sazón miembro directivo de esa
institución, nos relata: "Cuando la Federación se
reunía, al lado de la Asamblea, había un curso para
docentes; cada convención tenía talleres paralelos
para los maestros: esa labor fue un aporte sumamente importante
para la renovación educativa del
país."[49]

El interés por la educación pareció
extenderse a todos los estratos de la población
venezolana; aunque en lo relativo a la extensión las
condiciones no estaban dadas para el crecimiento educativo que el
país necesitaba.

El gobierno de Eleazar López Contreras fue
sucedido por el encabezado por otro militar, el general
Isaías Medina Angarita, para el período comprendido
entre 1941-1946. Casi todos están de acuerdo al enfocar el
gobierno de este presidente en decir que éste
dirigió reformas en todo orden de la administración
pública y en la política, y que estas le dieron una
gran popularidad, puesto que las acompañó con una
actitud personal democrática, aunque era militar.
Según Guillermo Morón "La prosperidad y la libertad
caracterizan al país durante su
gobierno"[50]

Esta popularidad dio la base al Presidente Medina para
tener un acercamiento con la población y para hablarle al
país en otro tono:

Mi gobierno cree merecer la confianza popular de que
disfruta. No son vagas promesas ni fugaces palabras lo que traigo
ante vosotros. Hablo como jefe de un Gobierno cuya autoridad
moral se asienta sobre hechos y sobre experiencias cumplidas, de
un Gobierno que tiene derecho de que se le crea, porque no ha
ocultado la verdad, porque nunca ha prometido lo que no
podía o no quería cumplir, porque nunca ha
sorprendido la voluntad del pueblo con el halago de doradas
mentiras y de utópicas tentaciones. Es una realidad de
vuestro diario existir que estáis viviendo con libertad,
con dignidad, con respeto, […] cada día más
obreros viven en limpias casas higiénicas; […] cada
día hay más dispensarios, más hospitales,
más servicios técnicos de orientación, de
ayuda, y de cooperación social; cada día a mayor
número de hombres se extienden los beneficios de la
justicia social, y por último, cada día más
las puertas de las escuelas se abren a mayor número de
niños venezolanos,
para ofrecerles sin reservas tosas
las posibilidades y todas las oportunidades que a sus hijo
garantiza la santa igualdad de
Venezuela.[51]

En efecto, para el período de gobierno de Medina,
en la opinión de Salcedo Bastardo, "… la nueva ley
rinde sus primeros frutos. Aumentan las cifras absolutas y
relativas de escuelas, liceos, alumnos, maestros, etc. El
Ministro Rafael Vegas dirige la acción, plena, de valiosas
y distintas ideas".[52] Y mientras el progreso de
la educación se siente en derredor, Gustavo Adolfo
Ruíz se mantiene activo como docente y como gremialista.
Asi nos lo cuenta:

Estando en la Escuela "República de Paraguay"
pasé como Director a la Escuela Federal "Manuel Medina
Echeandía" en San José. Tenía como dos
años allí cuando un día llamaron por
teléfono: "Que pase esta tarde a las cuatro por el
Ministerio de Educación".[53]

En esos días había sido nombrado como
Ministro de Educación el Dr. Rafael Vegas, que tan hondas
y significativas huellas ha dejado en la educación
venezolana. Gustavo Adolfo Ruíz se permite bromear un poco
comentando aquella llamada telefónica, mientras le da un
giro anecdótico a su relato:

¡Cónchale, qué lavativa!
¿Qué hice? Repasé todas mis cuestiones, por
si acaso. ¡Guillo! ¡Yo estoy bien! Entonces,
¿para qué quieren que vaya yo al Ministerio? El
Director de Primaria no era muy conocido mío, se trataba
de una persona ya bastante mayor de edad: Hipólito
Cisneros. No era de nuestra generación de maestros. Cuando
llegué al Ministerio, fui directamente a la
Dirección de Primaria, que era de donde me habían
llamado. Me dijeron: "No, de aquí nadie te ha llamado.
Déjame averiguarlo". "Ah, no; es de la Dirección de
Gabinete que te llaman". Entonces empecé yo a
temblar… Una Dirección General en la época
actual sería el despacho del viceministro. Y peor me puse
cuando fui a hablar con el Director de Gabinete, que era un
zuliano escritor, Rafael Yépez Trujillo. A ese sí
que no lo conocía nadie. Cuando hablé con
él, me dijo: "No, si quien quiere hablar con Usted es el
Ministro…" "Cónchale, pensé, la cosa fue
gruesa, porque hasta el Ministro…" Esto será un
chisme, quién sabe qué será, pues.
¿Qué he hecho yo para…? En fin, cuando
pasé a hablar, el Ministro era Rafael Vegas: largo, un
hombre de hablar muy suave, muy fino, y empieza a conversar. Me
dice que ha entrado al Ministerio hace poco, que quiere hacer
cierta labor, pero que quiere llevarla cabo con gente joven. Que
se propone incorporar a un grupo de jóvenes como equipo
para trabajar, que él ha hablado con mucha gente y que
entre los que le han mencionado como buen profesional, estoy yo.
Y me empieza a explicar que él quiere que yo vaya al
interior, que le complacería que yo lo acompañara
en la brega, que yo aceptara y tal… Pero yo ni
pestañeé y le dije que sí, cómo no,
pero que no me habían dicho para dónde ni
qué iba yo a hacer. Me lo explicó entonces, claro,
vinieron las excusas naturales. "Mire, yo no sé hacer
eso…" "Comience con lo que usted pueda hacer". "Si es lo
que yo pueda hacer, imagínese…" "Vea y analice unos
informes de inspectores, vaya observando lo que se gana si se
hacen las cosas con buen sentido…" Finalmente, me dijo:
"Quiero que vaya para el estado Portuguesa" Yo debo haber puesto
la cara muy fea; yo nunca había estado allí. Me
explicó: "Esa asignación tiene una razón: el
estado Portuguesa es pequeño. Es bueno que empiece por lo
chiquito, para que tenga un entrenamiento. Allí estaba
Héctor Zamora, quien va para Falcón; el ha
encaminado algunas cosas." Finalmente yo le dije que sí,
que estaba dispuesto y que aceptaba. Pero le hice una solicitud:
"Mire, doctor, no me olvide allá…" "No se
preocupe", me aseguró.[54]

Este fue el primer viaje como docente efectuado al
interior del país, como Inspector Técnico del
Estado Portuguesa. Algunos rezagos del clima insalubre del
gomecismo estaban en la memoria del maestro Gustavo Adolfo
Ruíz:

Portuguesa estaba saliendo entonces del paludismo, pero
al mismo tiempo estaba comenzando lo que hoy es el granero del
país: Turén, la explotación de la madera. En
esa época todavía no había llegado el DDT, y
se combatía el estancamiento de las aguas palúdicas
con el drenaje, la canalización. Pero allí me
inicié yo con el cargo de Inspector Técnico, con
las funciones similares a las que tiene hoy un supervisor.
Estando allí, efectivamente Vegas no me olvidó. A
los pocos meses, recibí un telegrama: "Ha sido usted
nombrado Inspector Técnico de la Octava Zona Escolar,
Estado Falcón. Pase a tomar posesión". Pasé
entonces a Falcón. Estaba soltero y tenía entonces
22 ó 23 año; era el año
1942.[55]

Esto quiere decir que el profesor Gustavo Adolfo
Ruíz, en su cargo de Inspector Técnico del
Ministerio de Educación en estos dos estados, fue
protagonista del auge educativo auspiciado por el Dr. Rafael
Vegas, entre cuyas principales realizaciones hay que mencionar:
el impulso renovador que abarcó todo el sistema, desde
primaria hasta la universidad; la construcción de los 27
grupos escolares a los cuales se les denominó con los
nombres de repúblicas latinoamericanas en concordancia con
los lineamientos de un Congreso Magisterial de estos
países; también se construyó la Escuela
Normal "Miguel Antonio Caro" y las primeras edificaciones de la
Ciudad Universitaria. Por otra parte, se atendieron las
reivindicaciones básicas de los educadores con respecto al
escalafón, se trabajó en programas conjuntos con
los maestros, con las organizaciones de bienestar estudiantil de
las universidades.

Por supuesto, tal política educativa tiene una
clara inspiración progresista. Medina Angarita ha
enarbolado banderas reformistas que le permiten alcanzar un
consenso político favorable y la toma de decisiones con
respecto a la política petrolera y a otros asuntos
económicos que le permitieron al Estado un control
verdadero y se asegura una importante participación en los
beneficios de la renta petrolera, industria ésta que
estaba en manos de empresas extranjeras y comercializaban el
producto en el marco de los intereses que se derivaban de la
guerra europea. Con el resultado de las negociaciones con las
compañías petroleras aumentan las participaciones
fiscales del país. Estos ingresos, aunque todavía
bajos en relación con los grandes beneficios que obtienen
las empresas, permiten al gobierno la realización de su
obra en condiciones relativamente favorables.

Estando en el estado Falcón –recuerda G.A.
Ruíz-, recibí otro telegrama, donde se me
notificaba que había sido transferido desde Falcón
al estado Lara. Para entonces tenía yo bastante
experiencia, así que en Lara hice u trabajo muy bueno;
principalmente porque el magisterio de Lara era colaborador, muy
trabajador, muy orgulloso de esa condición de Maestro.
Sí, así como en los Estados Unidos hay la costumbre
de decir que Massachusetts es lo mejor, los maestros de Lara eran
una excepción para ellos mismos; pero ese orgullo lo
sustentaban con trabajo y la competencia no era sino en
relación con su trabajo.[56]

El Gustavo Adolfo Ruíz confiesa que para
él era un reto trabajar en Lara., porque así como
eran exigentes consigo mismos, los docentes de Lara eran
demandantes de excelencia en sus superiores y habían
protestado a muchos no cónsonos con sus niveles de
requerimientos.

Tuve que ser líder entre líderes
–confiesa G.A.R., agregando con orgullo-: Tuve allí
muy buena época. Por ejemplo, estando en Lara, pasó
a ser Directora de Educación del Estado, Nelly Agudo
Freites, que era muy amiga mía y del general José
Rafael Gabaldón, gobernador del estado en esos días
; y Colomine era presidente de la Federación Venezolana de
Maestros en Lara, y también era muy amigo nuestro. Es
decir, nosotros tuvimos en nuestras manos el gobierno del estado
en el aspecto educativo, gremial y profesionalmente hablando.
Llegamos a hacer grandes cosas. Por ejemplo, una vez, para
celebrar el día del Maestro, un quince de enero, a alguien
se le ocurrió hacer un acto de calle. Solicitamos una
plaza al Concejo Municipal con este fin; estaba presidido por
Carlos Felice Cardot en el Distrito Irribarren. La
intención fue el fundar una plaza con el nombre y el busto
de Egidio Montesinos. Un escultor amigo nos prometió
vaciar gratuitamente el busto en granito, tomando el modelo que
ya existía en otra ciudad; a la cual se le pidió
permiso para esto. Por supuesto, todavía se
requerían fondos, especialmente para el pedestal del
busto. En diciembre, cuando los maestros iban a cobrar el
aguinaldo, se decidió comunicarles los planes y colocar
una lista en el lugar de pago, donde, voluntariamente, el que
quería se anotara como contribuyente en la campaña,
con un mínimo de veinte bolívares, como
contribución para la conmemoración del "día
del Maestro". Naturalmente, también solicitamos apoyo del
Gobernador y del Concejo Municipal. Lo cierto es que el quince de
enero pudimos estar todos presentes en la plaza, develando el
busto de Egidio Montesinos. Esto sirve para demostrar cómo
era de unido, entusiasta y activo el magisterio de Lara, la clase
de cosas que podían lograrse con voluntad de
trabajo.

La idea de los maestros de Lara al tomar el modelo del
busto de Montesinos ya existente en la ciudad de El Tocuyo (a la
cual se le pidió permiso para tomar el formato del
vaciado), era tener en Barquisimeto, la capital del estado, una
plaza con el busto y el nombre der un egregio maestro de Lara.
Encomiable idea que mostraba ante la comunidad la cohesión
gremial y profesional, y sin dudas testimoniaba también la
posición de liderazgo del docente de aquellos días.
G.A.R. comenta. "Esas iniciativas se apoyaban sin cortapisas de
ninguna clase".

Corría el año 1945 cuando, en el mes de
agosto, Gustavo Adolfo Ruíz se apersonó en el
Ministerio de Educación Nacional, a entregar los proyectos
organizativos de la educación federal en el estado Lara,
donde ejercía el cargo de Inspector Técnico de
Zona, y bajo cuya responsabilidad estaba el manejo y
supervisión de las Juntas de Inspección, los
Comisarios Escolares y comisarios especiales de aquella
entidad.[57] GAR nos recuerda sub visita de
aquellos días:

Aquí estaba el maestro Luis Padrino de Director
de Educación Primaria y Normal. Cuando nos entrevistamos,
me preguntó: "¿Tú te quieres quedar en
Caracas?" "Yo no tengo ningún problema, chico –le
dije- Yo estoy bien allá, pero si me vengo para Caracas,
pues, mejor. ¿Y qué sería aquí en
Caracas?" Acababan de inaugurar el año anterior los
primeros "grupos escolares" que construyó Medina y estaba
todavía de Ministro el Doctor Rafael Vegas. Esos grupos
escolares el gobierno los tenía en muy alta estima
entonces y eran el "República de Ecuador" en San
Martín y el "República de Bolivia" en La Pastora,
que habían sido los primeros del plan de
construcción del gobierno, luego hicieron la [Escuela]
"Miguel Antonio Caro" y un grupo escolar en cada capital de
estado. Eran construcciones muy amplias, con criterio de futuro,
tenían viviendas para el Director y el Subdirector. En
fin, me ofrecieron el "República de Bolivia". Yo
tenía un año de casado y la oferta significaba
venirme para Caracas con casa. Cuando acepté, por
supuesto, primero debí ir a Barquisimeto a entregar el
cargo allá. Para entonces, tenía más de tres
años en Lara y la despedida mía de allá,
fue, por supuesto, motivo de sancocho. ¡No querían
que me viniera! ¡Aquellos colegas me obsequiaron, me
agasajaron… total que yo me fui quedando…! Mi
esposa estaba para dar a luz y el día que yo me vine dio a
luz en la mañana y yo llegué [de Lara] en la noche.
Por supuesto, ella estaba [tan enojada] que ¡bueno!
–el profesor ríe con el recuerdo- ¡y yo estaba
que penaba! –Y agrega-: Justamente el día que me
encargué del "República de Bolivia" yo primero
pasé por la clínica a conocer al hijo mío:
era un 27 de septiembre de 1945.[58]

Una fecha inolvidable, sin lugar a dudas, para el
profesor Gustavo Adolfo Ruíz; y para mayor
significación, la indetenible Historia gestaba en esos
días otro acontecimiento político de gran
trascendencia para la vida de la República. El
primogénito del profesor Ruíz tenía 22
días de nacido cuando estalla "Un movimiento castrense y
de varios líderes de AD, en gestación desde
1944"[59]

Al caer el gobierno de Medina Angarita, se
organizó una Junta Revolucionaria de Gobierno formada por
su Presidente, el dirigente de treinta y siete años,
Rómulo Betancourt; los militares Carlos Delgado Chalbaud y
Mario Vargas y los doctores Raúl Leoni, Gonzalo Barrios,
Edmundo Fernández y el maestro Luis Beltrán Prieto
Figueroa.

Nos llama poderosamente la atención la presencia
de un maestro en al Junta de Gobierno, el maestro Prieto Figueroa
a quien se le conocía como eminente dirigente nacional del
gremio magisterial. Este hecho, nos mueve a hacernos una pregunta
oportuna: ¿Es consecuencia esa presencia solamente de la
importancia del maestro y de su función liderizadora que
cumple desde el despertar de 1936? Y como concomitante de esta
interrogante, surge la otra: ¿O se trata más bien
del inicio de una maligna simbiosis entre el partidismo
político y la educación, entre el
sectarismo y lo docente, que tanto daño le
hicieron al maestro, a la educación y al país?
Más adelante veremos cómo aborda el profesor
Ruíz el tema de la politización de la
Federación Venezolana de Maestros. Con respecto al golpe
del 18 de octubre de 1945, nos comentó:

Subió "Acción Democrática" al poder
con toda su característica de [partido] populista y
sectario. Y se tomó el gobierno con ganas. Hablaba de que
iba a estar gobernando cien años. Pero traían el
puñal clavado en un costado, puesto que ellos les
habían dado un ladito a los
militares…[60]

Para finales de 1945, se constituye el partido
Unión Republicana Democrática (URD), encabezado por
el tribuno Jóvito Villaba; en enero de 1946 surge el
Comité de Organización Política Electoral
Independiente (COPEI), dirigido por el ex – dirigente estudiantil
social cristiano Rafael Caldera. Un año y nueve
días transcurrieron antes de ser convocadas las elecciones
nacionales denominadas "democráticas": es el 27 de octubre
de 1946. Los resultados electorales determinaron la
formación de una asamblea constituyente, presidida por el
poeta Andrés Eloy Blanco, y formada por 137 representantes
de AD, 19 de COPEI, 2 de URD Y 2 del Partido Comunista de
Venezuela. El 5 de julio de 1947, comienza a regir una nueva
constitución.

Una vez organizado el gobierno sobre bases legales, se
convocan las elecciones presidenciales y en diciembre de 1947 se
elige al escritor y maestro Rómulo Gallegos como
Presidente de la República. El partido Acción
Democrática de esta manera completa tres años de
gobierno: 28 meses con Betancourt y 9 con Gallegos:

Me correspondió pasar esos años bajo
Acción Democrática como Director de la Escuela
"República de Bolivia"–recuerda el profesor
Ruíz-. En esos días crearon el segundo turno, de
manera que yo manejaba un "ejército" de cuarenta maestros,
profesores especiales, etcétera. ¡Era un gran
ejecutivo! Tenía cuatro directores y encontré
allí un grupo muy trabajador, excelente. Hicimos cosas
extraordinarias. Mis grandes experiencias fueron: mi ejercicio en
Lara y volver ala Escuela como Director. Recuerdo perfectamente a
los subdirectores: Miguelina Ramos, que había sido esposa
de [Humberto] Bártoli; Rodrigo Jiménez, quien fue
luego presidente del Consejo Técnico de Educación;
y dos jóvenes que estaban empezando entonces: Arcila
Álvarez de Rodríguez y Elbano Egui Luna quien
también estuvo en el Consejo Técnico y era primo
del entonces director de la escuela "5 de julio", Luis Eduardo
Egui.[61]

El panorama de la educación en Venezuela
había venido evolucionando desde el gobierno de Medina y
se hacen evidentes algunos cambios tanto en la atención
indiscutible que recibió la provincia con la
creación de los grupos escolares, la organización
de las Zonas de Inspección Escolar y la atención a
la Escuela Rural, como por las mejoras en los sueldos del
personal docente en general, acompañadas de pagos por
escalafón y por primas de hogar, residencia y otras
razones. Por otra parte, se reabre la Universidad del Zulia, se
dicta el Decreto Nº 408 de la Junta revolucionaria de
Gobierno para regular la educación superior, se impulsa la
educación Normal, y hasta se proyecta la creación
de una Universidad Obrera. [62]

El 30 de mayo de 1946 la Junta Revolucionaria de
Gobierno, como consecuencia de las luchas del gremio magisterial
porque se establezca un Estado docente en el país, dicta
el Decreto 321, dirigido a establecer un sistema de
evaluación, pero que al mismo tiempo determina un control
real sobre la educación privada. No obstante, la
oposición que generó este decreto produjo un clima
de controversia pública que ameritó la
intervención del mismo Presidente de la Junta de Gobierno,
quien en un discurso radiofónico difundido al país,
expresó:

Si todos los sectores pedagógicos se muestran con
el contenido renovador y avancista de este decreto, no hay
razón alguna para que se continúe en el
enguerrillamiento y la pelea […] La diferencia de la
educación impartida en las escuelas privadas, en los
aspectos en que exista, está obligado a corregirlas el
Estado […] especialmente por medio de la función
examinadora que ha de ser privativa del Estado, pues ella conduce
al otorgamiento de Certificados y Títulos necesarios para
el ejercicio de profesiones amparadas por la
Ley.[63]

La Federación Venezolana de Maestros apoyó
entonces la medida gubernamental, argumentando que era
"indispensable" el control de la enseñanza por parte del
Estado venezolano. ¿Qué lugar ocupó entonces
el profesor Gustavo Adolfo Ruíz en este acontecimiento de
la historia de la pedagogía venezolana? Él mismo
nos lo relató:

Siendo yo Secretario del Consejo Directivo Nacional de
la Federación Venezolana de Maestros, se produce el
Decreto 321, que transforma la concepción de la
evaluación en Venezuela pero que afecta a los colegios
privados y en especial a los regentados por religiosos, e
inclusive creó una crisis política hasta el punto
de que Betancourt se vio contra la pared. Los religiosos llegaron
a acostar a los muchachos en las calles como protesta,, y para
entonces estaban apoyados por los socialcristianos, por COPEI.
Una de las consignas que teníamos nosotros como gremios
fue "Ni un paso atrás"; y éramos un gremio tan
fuerte que logramos paralizar [la urbanización del centro
de la ciudad de Caracas,] El Silencio, en un acto de apoyo al
Decreto. ¿Qué ocurrió, no obstante nuestro
apoyo? Que el Gobierno dio un paso atrás: el Ministro
renunció y el gobierno revocó el
Decreto.[64]

El Estado Docente logra establecerse finalmente en la
Constitución Nacional de 1947, donde se
señaló que se garantiza la libertad de
enseñanza, pero que corresponde al Estado la suprema
vigilancia e inspección de la misma, inclusive se
señala que éste puede establecer como
función enteramente suya la formación
docente.[65]

Inspirándose en el pensamiento pedagógico
del educador Luis Beltrán Prieto Figueroa y bajo la
presidencia de Rómulo Gallegos, el 28 de septiembre de
1948, se promulgó la nueva Ley Orgánica de
Educación Nacional, cuyo ejecútese se hace
coincidir con el segundo aniversario del derrocamiento de Medina
Angarita. Por vez primera se da ala educación una
connotación de coherencia y organicidad,; muchas de las
bases de esa Ley se toman de las elaboradas previamente por la
FVM y entre las cuales sobresalen; las finalidades de la
educación, su gratuidad, obligatoriedad, su
antidogmatismo, su carácter asistencial y otros
principios.

Mientras estos acontecimientos se suceden, Gustavo
Adolfo Ruíz ha pasado de la Dirección de la Escuela
"República de Bolivia" en la urbanización La
Pastora, a la Dirección de la Escuela Experimental
"Venezuela", una de las más avanzadas casas de estudios
primarios del país, puesto que en ella se ponían en
práctica las metodologías más recientes en
materia educativa. "Adquirí allí en la Escuela
Experimental Venezuela, una gran experiencia y sobre todo una
nueva visión de la enseñanza", confesó el
profesor Ruíz.

La Escuela Experimental Venezuela había sido
creada bajo la administración de Medina Angarita, dentro
del programa de edificaciones educativas que ha ganado la
aprobación y el sitial histórico de ese
régimen y en especial del Ministro de Educación de
la época, Dr. Rafael Vegas. Corre el año 1948
cuando Gustavo Adolfo Ruíz es director de dicho centro de
estudios. Es precisamente el año del derrocamiento de
Gallegos.

El gobierno de Rómulo Gallegos tuvo escasa
duración: del 14 de febrero al 24 de noviembre de 1948,
cuando es derrocado por un golpe militar. La Junta Militar de
Gobierno que lo depone estaba formada por el Comandante Carlos
Delgado Chalbaud, anterior Ministro de la Defensa del presidente
depuesto; el comandante Marcos Pérez Jiménez y Luis
Felipe Llovera Páez. Al morir trágicamente el
Presidente Delgado Chalbaud en 1950, ocupa la presidencia el Dr.
Germán Suárez Flamerich. Después de cuatro
años, se convoca a elecciones, aunque están
disueltos los partidos AD y PCV. El triunfo del 30 de noviembre
de 1952 correspondió al partido URD, dirigido por
Jóvito Villalba. Pero el Presidente de la Junta de
Gobierno, Marcos Pérez Jiménez desconoció
los resultados electorales. La situación política
influye en la actuación de los hombres públicos,
entre ellos. Gustavo Adolfo Ruíz, quien haciendo
referencia a sus conductas en la FVM, expresa:

Gustavo Adolfo Ruíz deseó ascender en dos
oportunidades; y sólo en dos oportunidades solicitó
esos ascensos. La primera vez, siendo maestro, solicitó
que le nombraran director de la Escuela "Pedro Manuel
Ruíz" porque ésta llevaba el nombre de su padre; la
segunda vez, pidió que le enviaran a Rubio, a la
recién inaugurada Escuela Normal de aquella ciudad.
Él recuerda en especial esta oportunidad, porque en esos
días le ofrecían ascenso, pero en el organigrama
del Ministerio mismo.

En los cargos que yo he ejercido, especialmente en los
superiores, he tenido la suerte de no haber tenido nunca que
gestionarlos. Yo no he gestionado sino dos cargos y los dos me
fueron negados: Que me nombraran director de la escuela "Pedro
Manuel Ruiz" que era el nombre de mi papa. Lo pedí, lo
bregué,. Lo hice cuando supe que habían creado la
escuela y cuando me lo negaron, más nunca lo pedí.
El otro que pedí fue la Dirección de la Escuela
Normal de Rubio. ¿Por qué? Porque era una Normal
distinta, ligada a la Normal Latinoamericana. Estaba en esa
época como Director de Primaria y Normal el profesor
José Juan Pacheco. "Chico, le dije, ¿ustedes van a
aprobar ese cargo?" Él era muy amigo mío. "A
mí me gustaría ese cargo" En esos días me
habían ofrecido a mi una Supervisión Nacional
aquí mismo en Caracas. "Pero, chico, si tú acabas
de no aceptar una Supervisión Nacional aquí
¡quién va a pensar que te gustarían irte para
Rubio?", me dijo. "Esto aquí no me gusta porque ustedes
viven metidos en esto y no lo dejan trabajar a uno, En cambio, en
Rubio tengo tres ventajas: primera, entraría a una
instituto que se está formando; segunda, está lejos
de Caracas y no se meten tanto ustedes; y tercera, estaría
ligado a la normal latinoamericana y se abrirían mis
horizontes. Por otra parte, ¿quién te hacer rico?
El que te llena el pico. Allá ustedes tienen que darme
habitación, trasnporte y comida. Ahora, compárame
eso con un cargo aquí en el tercer piso del Ministerio.
No, no, no… Ya estoy fastidiado de estar metido
aquí".[66]

En la vida de Gustavo Adolfo Ruíz merece
mención aparte la Federación Venezolana de
Maestros, institución gremial en la que participó
en forma importante. Sin embargo, mucho más que una
relación cronológica de los acontecimientos en los
cuales participó y que podrían enumerarse casi
desde la fundación misma de la organización, nos
interesa destacar la visión del biografiado con respecto
al gremio.

Por otra parte, en la formación del maestro
venezolano, la Federación Venezolana de Maestros de
entonces tiene un lugar muy destacado por la positiva labor
realizada en estimular y proveer a los educadores de los medios
para mejorar como profesionales y como miembros de una sociedad
en evolución. En este sentido, se reconoce que las
actuaciones de la FVM desde sus primeras convenciones fueron
"[…] el punto de partida de toda una estructuración
doctrinaria de carácter docente de los más
influyentes y fecundos resultados en el establecimiento y triunfo
de la Escuela Nueva en Venezuela".[67]

Gustavo Adolfo Ruiz recuerda aquellos años de la
Federación con aprecio no exento de
añoranzas:

Durante ese tiempo, la Federación [Venezolana de
Maestros] era un organismo gremial y profesional. Los maestros
venían a las convenciones y se discutían los
problemas de la educación; los educadores
pensábamos en la Educación e invocábamos el
lema "por el niño, por la escuela y por la cultura", que
era la divisa de la organización gremial, y que ahora creo
que no recuerdan ni sus actuales
dirigentes…[68]

Los comienzos de las FVM, aunque tienen su
significación política, estuvieron fundamentalmente
orientados hacia la Educación en sí. Como se
recuerda, en 1932, aún bajo el régimen gomecista,
se dio inicio al movimiento magisterial en el país; pero
este sólo pudo ser organizado de manera gremial en 1936,
como consecuencia del despertar político, educativo,
cultural y social que ocurre en el país con la muerte del
general Juan Vicente Gómez. Gustavo Adolfo Ruíz
recuerda cómo el lema de la FVM orientaba toda la
actividad del gremio, ajeno en aquellos tiempos a las
manifestaciones partidistas, aunque en su seno se movían
en este sentido tendencias diferentes; hablando de los tres
elementos fundamentales que orientaban a la FVM, Gustavob Adolfo
Ruíz, expresó:

Esos eran los tres grandes nortes: el Niño, la
Escuela y la Cultura. Para mencionar algunas cosas , por ejemplo,
con respecto al Niño. La Federación fue la primera
organización que declaró los Derechos del
Niño Venezolano en 1936; al año siguiente, estos
son llevados al Primer Congreso Venezolano del Niño, donde
son ratificados. La redacción dio la base para la
promulgación del primer Código de Menores, y por
otra parte, la FVM sentó las bases para la posterior
creación del Consejo venezolano del Niño. Por
ejemplo, debemos apuntar el trabajo de Prieto Figueroa titulado
La delincuencia precoz donde el autor se contrae todo Al
ahecho de que los niños no son responsables legalmente,
incluso si cometen un delito; por lo tanto, no pueden ir a
cárcele3s, entonces plantea allí como necesario el
tratamiento del niño "delincuente" como un problema de
índole social y entonces hay que reconstruir su
personalidad, tiene que ser tratado distinto del adulto
delincuente. Esto puede apuntarse como un aporte de la
Federación de Maestros a la educación y a la
nación venezolana.[69]

Luego nos comentó:

Con respecto a la Escuela. Toda la transformación
de programas, conceptos pedagógicos, filosofía
educativa y la entrada de ese mundo de autores de la escuela
nueva, todo ello fue posible gracias a la Federación.
Cuando ésta celebraba sus convenciones, al lado mismo de
la Asamblea, se realizaba un curso, cada convención
tenía cursos paralelos para formar maestros. Así
introdujo aquí todo lo concerniente a la formación
de docentes de preescolar: ¡era una actividad gremial y
profesional notable! Con respecto a la Cultura: LA
Federación era un verdadero ateneo. Como hecho
anecdótico y significativo, recuerdo que a Andrés
Eloy Blanco le oí yo recitar por primera vez unos versos
dedicados a la Francia combatiente –estaba en curso la
guerra del año 45- y el estreno de esos versos fue en la
Federación Venezolana de Maestros, donde estuvo como
invitado. Manuel Rodríguez Cárdenas, hoy esposo de
Yolanda Moreno, presentó su libro Tambor, con
poemas negroides, en la FVM ¡él mismo era maestro!
Tal era la actuación de la Federación que en todo
evento cultural, el gremio tomaba parte. ¡Y parece que uno
estuviera diciendo "como los otros viejos" que el tiempo pasado
fue mejor; pero es que en este caso ¡sí fue mejor!
Ni es porque yo esté añorando esos tiempos.
Sencillamente, se trata de que el maestro [en ese tiempo] era
líder, un elemento reconocido en la sociedad total, el
maestro figuraba en todo. [70]

Aquellos años en que el docente ocupaba tan
envidiable sitial en la sociedad venezolana surgen en la memoria
de Gustavo Adolfo Ruíz, con sorprendente
visión:

En la Federación Venezolana de Maestros, nosotros
manteníamos una revista. Esto no ha vuelto, a pesar de
toda la "realada" que le entra hoy al gremio. Prieto
promocionó lo que él llamó una "Cooperativa
del Libro", como una forma de obtener el libro más barato,
compra y venta de libros para que el docente pudiera comprarlos
más baratos; era una librería la librería
Magisterio. Hay otra evidencia importante del liderazgo del
maestro en el país. Fernando Ramírez, con el
pseudónimo R. A. Fernández Miró publicaba
una columna diaria sobre cuestiones educativas, que se llamaba
La Ecuación del Magisterio. Eso está en la
colección de [el diario] La Esfera. En el
periódico de Acción Democrática llamado
El País y posterior a lo dicho, también se
publicaba una columna diaria sobre Educación, pero ya
dentro del pensamiento "acción democratista". La primera
columna de la que he hablado era muy leída, tanto que se
hizo necesaria. Entonces, la conclusión lógica de
esto es que algo había en educación que se
podía escribir un artículo diario fundamentado en,
y dedicado a, ella. Todo esto contribuía al prestigio del
magisterio. Los maestros estaban en todas partes. Había un
liderazgo real, global y personal de un grupo de Maestros. Y el
Ministerio se fue fortaleciendo porque tuvo que llevar a maestros
a dirigir la Educación nacional.
[71]

Evidentemente, la situación de la
agrupación denominada Federación Venezolana de
Maestros en la actualidad, es distinta. De un liderazgo gremial,
de una posición orientadora y de un humanismo fundamental
y circunscrito a los predios gremiales, irradiando hacia el
exterior, sí, pero sin menoscabo de la posición de
líder con poder moral innegable, la Federación ha
degenerado, aparentemente, en un receptáculo de
lineamientos partidistas, han ocurrido crisis divisorias entre
los docentes como consecuencia de los sectarismos y de la
negación de la democracia en sus filas, y actualmente
está en tela de juicio -tal vez como consecuencia de sus
luchas y de las campañas de desprestigio lanzadas en su
contra- esa dignidad tan necesaria a la función educadora
del Maestro, esa posición de prestigio y de autoridad
moral ante la sociedad. Reflexionando sobre esto, Gustavo Adolfo
Ruíz piensa que

Para llegar a esta situación actual [1989,
año de la entrevista], pasaron varios años. La
definición política del maestro empezó,
creo, en la Convención Nacional celebrada en Valera;
allí se hizo visible, se sintió. Corrían
losa los cuarenta. Durante la primera etapa, que es cuando prieto
Figueroa escribe el folleto Los maestros eunucos
políticos
, las cuestiones están muy claras en
lo que a política se refiere: el Maestro es un ciudadano y
como tal tiene derecho a tener posición política.
Ellos sostienen que es política en la calle; pero
que en la escuela el maestro no debe hacer proselitismo
político, de la misma manera, puede tener una
religión, pero no puede hacer de la cátedra un
centro de propaganda religiosa. Si tiene una religión la
ejerce y la practica en la calle. Ese fue el planteamiento
inicial. La Federación era un organismo gremial y
profesional, dedicada al niño, la escuela y la
cultura, todos pensábamos en eso y no pensábamos en
otra cosa. La politización del maestro comenzó
antes del año 45, en la época de Medina Angarita.
[72]

No sabemos si por un hecho casual o como resultado del
liderazgo ya mencionado del docente, en el derrocamiento de
Medina Angarita estuvo un maestro. Gustavo Adolfo Ruíz lo
recuerda muy bien, al decir:

Si. Un maestro estuvo en esa acción. Y por
cierto, uno de los militares que sube al poder con Acción
Democrática había sido maestro, yo lo conocí
en la Normal y todavía anda por ahí, se trataba del
general Gutiérrez Prado, quien se hizo militar
después de ejercer la profesión docente. Pero,
volviendo a la convención de Valera, debo decirte que es
un hecho que a partir de ella comenzó la aplicación
en el gremio de un principio de politización muy fuerte,
con la práctica de un viejo dicho: "el que no está
conmigo está contra mí". Y comienza a definirse
como un hecho que junto con el nombramiento el maestro tiene que
firmar el carnet de afiliación al partido y el que rige es
el Partido en todo. Se cae en la idea de que hay que estar
afiliado a alguien para tener opinión. Y esto ha sido
fatal para el magisterio [73]

Mientras el profesor Gustavo Adolfo Ruíz de
mantiene ejerciendo cargos técnicos en el Ministerio de
Educación, específicamente en el Consejo
Técnico de ese organismo, la vida política del
país va teniendo varios cambios de hombres y de enfoques
ideológicos. Llega la época de la dictadura militar
posterior al derrocamiento de Rómulo Gallegos. En
principio, el gobierno militar lo ejerció un triunvirato
presidido por Carlos Delgado Chalbaud, quien fue asesinado el 13
de noviembre de 1950 y fue sustituido por el doctor Germán
Suárez Flamerich. El 30 de noviembre de 1952 son
convocadas las elecciones, en las cuales triunfa el partido URD,
con el apoyo de AD y del Partido Comunista; sin embargo, el
coronel Marcos Pérez Jiménez asumió el poder
dictatorial hasta el 23 de enero de 1958. ¿Qué
papel jugó la Federación de Maestros en esos
días? Gustavo Adolfo Ruiz nos relata:

Durante la dictadura la Federación se mantuvo.
Como todo estaba politizado dentro de ella, la gente del
régimen también constituyó su grupo, de la
misma manera como en la época de Medina se había
formado uno llamado el PPG que seguía la política
del gobierno. Esta vez, sin ponerle un nombre tan descarado lo
llamaron Maestros Independientes, formado precisamente por los
maestros que no estaban afiliados a la Federación,
dominada entonces por AD y un poco por URD, y a la cual se
sumaron los camaradas como reacción a la dictadura. Los
"independientes" eran los que no respondían a las
posiciones de la oposición. En eso consistía su
"independencia". Esto se definió finalmente en la
Convención de Trujillo donde el gobierno arrasó y
arrasó no porque venciera su opinión, sino porque a
los que no metieron presos, los sacaron del país. Muchos
dirigentes magisteriales, como Alfaro Zamora, fueron a dar a la
cárcel y, por supuesto, se convirtieron en subvertidos
contra el gobierno, fueron desplazados de la Federación,
la cual pasó a ser controlada por los "independientes".
Los "Maestros Independientes" fue un movimiento para controlar la
Federación. Desde allí en adelante comenzó
ese cascarón a llamarse de cualquier manera; lo que
comenzó como un grupo de maestros estudiosos,
trabajadores, pensadores, se convirtió en un
mascarón debajo del cual se ha cobijado mucha gente, tal
como está ahora. En definitiva, lo de esos
"independientes" fue un acto político amparado en la
fuerza del régimen. Lo que entonces y hoy se llama COPEI
no tenía fuerza. COPEI empezó a tener fuerza en la
FVM cuando fue gobierno. Mientras tanto, el magisterio estaba
constituido fundamentalmente con gente de Acción
Democrática, de Unión Republicana
Democrática y del Partido Comunista. Precisamente por esto
se politizó la Federación, porque ingresaron a ella
políticos "puros", es decir, activistas de partidos.
¿En qué ha devenido esto? En la pérdida de
lo gremial y lo profesional. Hoy en día no existe lo
gremial, lo que de esto queda es el pedir dinero, en reunirse
para pedir dinero… La Federación se ha
empeñado en tomar pautas del sindicalismo, la
Federación hasta se quiere llamar "de los trabajadores de
la enseñanza", es un show. La Federación
que yo conocí obtuvo mejoras de sueldos, consiguió
reivindicaciones sin llamarse "de los trabajadores de la
enseñanza" porque sus afiliados nos llamábamos
simplemente "maestros" y "profesores". En mi concepto, la
Federación se ha perdido. Sindicalistas son desde
José Vargas hasta el "hermano" [Lucas] Pérez; pero
¿maestros? No es lo mismo. No es la misma dignidad. Y la
Federación ha cogido un vicio de los sindicatos: se ha
convertido en grupos pequeños, en cogollitos… Un
pequeño grupo gobierna una entidad "aérea", no hay
gremialismo; el maestro no es partícipe de la decisiones,
porque éstas las toman los cogollos; no hay sentido
gremial, de contacto entre los participantes.
[74]

La añoranza de los tiempos idos parece
inevitable. La memoria del biografiado vuelve a los tiempos en
que era Inspector Técnico del Ministerio de
Educación en el estado Lara; y entonces expresa
cómo era la Federación Venezolana de Maestros en el
estado Lara:

Nosotros en Barquisimeto nos reuníamos siempre
como gremio; y a través de la FVM seccional Lara,
alquilábamos con nuestra "platica" los locales para
nuestras actividades, hicimos la Casa del Maestro, donde
teníamos nuestro barcito, juegos de dominó,
teníamos un club donde celebrábamos nuestras
reuniones gremiales; era un Centro Social del
Magisterio…

Sin el ánimo de adelantarnos a hacer divisiones
históricas o periodizaciones –recordemos que la
Historia es un continuum de acontecimientos interrelacionados en
el tiempo y en el espacio–, podemos poner punto y aparte
para abordar la época posterior a la caída de la
dictadura perezjimenista, particularmente por un hecho que
tomamos aisladamente a sabiendas de sus limitaciones: el cambio
de actitud política en el país, como consecuencia
de la "apertura" hacia la búsqueda de un camino
"democrático".

Estando yo como Director Técnico del Ministerio
de Educación –recuerda G. A. Ruiz- , cae el gobierno
de Marcos Pérez Jiménez. Luego, en 1959, salgo
jubilado del Ministerio de Educación después de
estar bajo dos ministros del nuevo gobierno: Julio de Armas y
Rafael Pizani.

Es necesario detenerse para describir brevemente lo que
ocurre en el país a partir del 23 de enero de 1958. La
caída del dictador produjo una euforia general. Tras el
golpe cívico militar que derroca a Pérez
Jiménez, aunque fue obra de todo un conglomerado
político y castrense, quien asume el mando del país
es uno de los líderes militares del momento el
contralmirante Wolfgan Larrazábal, quien al convocar a
elecciones, renuncia al cargo, deja el poder el manos del Dr.
Edgar Sanabria como presidente de la junta de gobierno y se
convierte en el candidato de URD. Las elecciones que se celebran
dan como triunfador al candidato de AD, Rómulo Betancourt,
quien asumió el poder con un Congreso en manos de su
partido.

La politiquería y la retaliación quisieron
manchar la limpia hoja de servicio profesional del maestro
Gustavo Adolfo Ruíz, pero su valía intelectual y
humana fue sabiamente reconocida por la Escuela de
Educación de la Universidad Central de Venezuela, en cuyas
filas ingresó en 1958. Cuando el profesor Ruiz entra en la
UCV , las escuelas universitarias no existían como tales,
sino como secciones de las facultades. La Educación estaba
adscrita a la Facultad de Filosofía y funcionaba en los
edificios de esta.

Junto con AD, asumieron cargos legislativos muchos de
los antiguos compañeros del Profesor Ruiz en la FVM. Entre
ellos, el Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa, a quien
habría de sustituir en una cátedra de la Escuela de
Educación de la UCV, porque el líder
acción-democratista debía incorporarse a sus
múltiples ocupaciones políticas. El profesor Ruiz
nos comentó al respecto:

Comencé en la Escuela de Educación estando
como Director de la misma el Dr. León Trujillo; estuve
trabajando a tiempo parcial en la cátedra de
Administración [Escolar]. Más tarde, como el Doctor
Prieto Figueroa, titular de la cátedra de Historia de las
Teorías Pedagógicas por sus múltiples
ocupaciones políticas a nivel nacional no pudo atenderla,
soy llamado como su suplente; pero como Prieto nunca
regresó, yo quedé con el cargo. Estaba sustituyendo
a un hombre eminente. Yo podría asegurar que las
circunstancias de la vida me han
favorecido…[75]

Una vez confirmado en el cargo en la cátedra de
Historia de las Teorías Pedagógicas, comienza por
darle una conformación orgánica a la misma, de
hecho, nos comentó que el Programa de asignatura estaba
contenido en un documento de dos páginas que él
aún guardaba como histórico; así que
comienza por trabajar en una propuesta de lectura directa de los
textos de los pedagogos que debían ser estudiados en vez
de textos que los interpretaran; es decir, enfrenta al estudiante
directamente con el pensamiento de aquellos. Esta propuesta
metodológica que aún pervive en la Escuela es
creación del profesor Gustavo Adolfo
Ruíz.

Su contribución en la formación de los
docentes del país ha visto frutos fecundos en la Escuela
de Educación de la Universidad Central de Venezuela y de
forma muy particular en la Cátedra de Historia de las
Teorías Pedagógicas. Muchos de los actuales
profesores de esa asignatura deben mucha de su formación
al profesor Ruiz, quien no se ha considerado sino un Maestro de
escuela. En la entrevista que nos cedió nos
dijo:

De los que hoy ejercen en la Cátedra de la
asignatura en esta Escuela, el único que no ha estado
dirigido por mí, es el profesor Rafael Fernández
Heres, quien vino formado de afuera. Todos los otros han sido
discípulos míos: Jesús Andrés
comenzó conmigo como preparador; siguió a
instructor y ya está jubilado; Fernando Silva
comenzó conmigo; Leonardo Carvajal estuvo un tiempo
también; Aureliano Cánchica comenzó conmigo
como instructor; es decir, todos los formados aquí, han
pasado por las manos mías. [76]

Después de derrocado Pérez Jiménez,
la agitación política que se dio en todo el
país se hizo sentir también en la universidad. El
ideario del Programa de Córdoba, con todos sus
pensamientos de vanguardia, estaba aún en plena vigencia;
de manera que se reclama su aplicación en el país y
particularmente en la Universidad Central. G. A. Ruíz nos
comentó:

Hay una cosa notable. En Latinoamérica, la
transformación de la universidad parte desde 1918 con el
movimiento de Córdoba; él plantea la
autonomía universitaria, los derechos de los estudiantes,
la calidad de los profesores. Para enero del año 1936, la
Federación Venezolana de Estudiantes quería
precisamente la implementación del programa de
Córdoba que estaba plenamente vigente para esa
época, se había convertido en el modelo a seguir. Y
aquí en Venezuela, después de cuarenta años
todavía tenía vigencia. La autonomía
universitaria se viene a lograr en Venezuela a partir de 1958, es
decir, cuarenta años después del movimiento. Todo
esto que hoy se disfruta: una ciudad universitaria, unas
condiciones de vida universitaria, la autonomía, todo eso
lo proponen en 1928 ¡los estudiantes! No los profesores, ni
la universidad latinoamericana; eso nos enfrenta una
dimensión digna de análisis y de
reflexión.[77]

En efecto, en 1958 la Universidad Central de Venezuela
siente la necesidad de renovación, de ponerse a la zaga de
una transformación; y dentro de ese proceso empiezan a las
distintas fuerzas políticas reprimidas bajo la dictadura
recién depuesta, comienzan a manifestarse.

Para 1959 la Universidad estaba muy agitada.
Después, con la división del partido Acción
Democrática, toda la gene joven de ese partido, pasa a
formar parte del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR,
partido que agrupa a gente como Domingo Alberto Rangel, Teodoro
Petkoff, Rómulo Henríquez, líderes
universitarios jóvenes de entonces… En medio de
aquella situación contestataria comienzan las
críticas al Director de la Escuela de Educación, el
profesor León Trujillo, acusándolo de que si no
atendía bien a la escuela, que si tal y cual… El
profesor Trujillo era abogado y había estado en el
magisterio; para vivir no necesitaba del cargo de Director de
esta Escuela, para ese entonces ya era un hombre notable que
había dado su aporte a la educación venezolana, de
manera que, cuando los políticos lo vinieron a molestar,
él se fue. Dijo que no volvería más y no
volvió. Como unos ocho o diez días después
de su salida, me llamó el Doctor Juan David García
Bacca, quien era el Decano de la Facultad y Miembro de la
Comisión para la Reforma Universitaria. Todavía no
se habían celebrado las elecciones universitarias porque
la Ley apenas había sido aprobada en enero; era el mes de
marzo y se estaba en las preparaciones para las elecciones
previstas en la recién promulgada Ley de Universidades. El
Dr. García Bacca me dijo: "Mire, he estado muy preocupado
por la situación de la Escuela de Educación, el
doctor Trujillo se niega a volver y hay que buscar a alguien que
lo sustituya. Yo he estado recabando información y la
persona indicada para el cargo es Usted".

Nos contó el Profesor Ruiz que cuando
escuchó las palabras del Decano seleccionándolo
para sustituir a Trujillo como Director de una Escuela
Universitaria, no dejó de sentirse emocionado, pues
él seguía siendo "solo un maestro normalista" como
nos dijo:

¡Figúrese! Era un enorme reto, porque yo no
tenía experiencia universitaria como para ello. Es cierto
que cuando ingresé consideré el cargo de profesor
como una gran responsabilidad en la cátedra de Historia;
estudié mucho, me preparé con ahínco; pero
no tenía una vida universitaria, como se sabe, acababa de
entrar, prácticamente. Habilidad docente sí
tenía, ya llevaba más de veinte años en la
docencia. Aunque sí tenía el sentido de lo que
debía hacerse, porque uno observa, estudia, lee y ve. Yo
me había manejado muy bien con el grupo de cuarto
año, que fue el primero que tuve. Lo fundamental
aquí en la Universidad es saber, prepararse. Si usted
sabe, usted se impone. Como maestro siempre he tenido una norma:
Nunca he ido a desempeñarse en una actividad sin
prepararme., sin saber cómo hacerla, sin planificarla.
Para cuando se me hizo esa oferta de la dirección de la
Escuela de Educación, ni ahora tampoco, no poseía
ningún título universitario, era solo un maestro
normalista, pero al parecer me avalaban mis largos años de
experiencia docente.[78]

Para aquella época, igual que ahora, quienes
egresaban de la Escuela de Educación de la UCV
podían ejercer tanto como profesores de secundaria como de
la universidad. Sin embargo, la Escuela estaba recibiendo
docentes egresados del Pedagógico de Caracas, a
sacerdotes, abogados y otros profesionales para formarlos como
docentes del nivel superior. El profesor Ruiz

El doctor Rafael Vegas, después de haber sido
Ministro de Educación, siendo médico,
estudió aquí en la Escuela de Educación por
allá en 1956, cuando yo todavía no había
entrado en la Universidad. Había interés en las
personas por la Educación, de la misma manera como se
interesaban en Filosofía, por ejemplo, por un deseo de
conocimientos o para tener una visión más amplia de
las cosas… Para esos años, el pensum de la Escuela de
Educación incluía materias como Filosofía,
Lógica, Literatura, es decir, estudios de vasta amplitud y
de un alto nivel educativo.[79]

El reto de dirigir la Escuela de Educación era
verdaderamente grande para un docente de educación
primaria, único título que poseía Gustavo
Adolfo Ruiz, así que cuando el eminente filósofo
Juan David García Bacca, como Decano de la Facultad de
Humanidades le hizo la oferta, la respuesta del profesor Ruiz fue
humilde, pero muy franca.

Le dije "Mire, doctor, yo jamás pensé que
entrando en octubre a la Universidad como docente, en marzo se me
habría de proponer la Dirección de una Escuela
Universitaria. Ahora bien, también le digo que si Usted
considera que puedo hacerlo y hacerlo bien, entonces yo
también debo considerarlo así. Sería absurdo
para mí que si Usted me juzga de esa manera, yo
disintiera. Pero Usted sabe que yo no tengo titulación
universitaria…[80]

La solución del Dr. García Bacca fue
salomónica. Él mismo asumiría la
Dirección de la Escuela, peo Gustavo Adolfo Ruíz la
ejercería.

Lo primero que hizo el Director "actuante" fue organizar
administrativamente la Escuela.

Había un solo libro para la firma diaria de los
profesores de la Facultad. Había una sola Oficina de
Control de Estudios para toda la Facultad. La Escuela de
Educación que yo recibí no tenía ni un solo
teléfono ni un solo empleado. Me entregaron un cuartico
pequeño con un escritorio y un escaparate para el archivo.
La organización no servía y orgqanizar sí
que sabía hacerlo yo[81]

En efecto, el profesor Ruiz se dedicó a organizar
administrativamente la Escuela con todo el tiempo que le dejaba
la atención de la cátedra de Historia de las
Teorías Pedagógicas que había comenzado a
ejercer desde octubre de 1958. Para la época, la Escuela
estaba muy dispersa. El alumno no estaba físicamente
ubicado en la estructura del edificio de la Facultad; es decir,
debía ir de salón en salón buscando la clase
del área que cursaba, puesto que el aula era del profesor
y no del alumno o del nivel. Gustavo Adolfo Ruiz logró que
la Facultad le asignara cuatro salones fijos, ubicados en donde
hoy está la Escuela de Bibliotecología, en los
cuales él ubicó los grupos de alumnos de primero a
cuarto año, de manera que cada año tenía un
aula, y quienes debían buscar las aulas para exponer sus
clases, eran los profesores. De esta manera se logró, en
principio, separar la Escuela del caos administrativo,
dándole identidad.

Cuando se produce el primer allanamiento de la
Universidad Central de Venezuela en el año setenta, por el
gobierno de Rafael Caldera, el profesor Gustavo Adolfo
Ruíz se hallaba ejerciendo la docencia en la Escuela de
Educación. El rector Jesús María Bianco es
destituido aquel año y en clara violación de la Ley
de Universidades el gobierno nombra un nuevo rector. Las
reacciones no se hicieron esperar. La política
transgresora de la autonomía universitaria
determinó en un momento dado, sacar la Facultad del
recinto universitario, es decir, de la Ciudad Universitaria, y
distribuir sus distintas escuelas por diversos sitios de la
ciudad de Caracas. Por supuesto, se trataba de una medida de
dispersión de la fuerza estudiantil. El país estaba
entonces en plena "democracia", válgala anotación,
por lo que la medida resultaba totalmente contradictoria con el
espíritu de libertad pregonado por el sistema
político.

La historia se mueve ante nuestros propios ojos. Frescos
están en la memoria aquellos acontecimientos. Los libros
de consulta de la época callan algunos hechos, que
están claros para quienes los vivieron. Los "logros de la
democracia" eran los únicos que se mencionaban, pero no
sus errores, como aquellos allanamientos contra las
Universidades. Como en la época de los antiguos sirios y
egipcios, las derrotas y los hechos malos de los nuevos
gobernantes, eran borrados de los registros

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